Estados Unidos quiere tecnología de detección de ebriedad en sus automóviles
En 2021, más de 13,000 personas murieron en accidentes relacionados con el alcohol en Estados Unidos. El principal organismo regulador de la seguridad vial en este país explora el uso de tecnología en los autos para comprobar si un conductor va en estado de ebriedad.
El Gobierno de Estados Unidos dio ayer martes el primer paso para exigir que los automóviles nuevos dispongan de una tecnología que compruebe si el conductor está bajo los efectos del alcohol.
En un evento celebrado en Washington, DC, funcionarios de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés), el principal organismo regulador del país en dicho ámbito, indicaron que la tecnología ayudaría a evitar miles de muertes anuales en accidentes viales en los que está implicado el alcohol. Tan solo en 2021 fallecieron en Estados Unidos casi 13,400 personas en colisiones relacionadas, según cifras de la NHTSA.
Sin alcohol al volante gracias a la tecnología
La agencia aún está explorando la mejor forma de detectar y medir con precisión la presencia de alcohol en los conductores, y solicitará varias rondas de opiniones públicas antes de crear una normativa que obligue a los fabricantes de automóviles a incluir esta función. La investigación industrial y académica ha demostrado que es posible identificar indicios mediante sensores de aire en el vehículo que reconocen el alcohol en el aliento de una persona, sensores táctiles que registran los niveles de este en la sangre, o a través del seguimiento de la mirada o la conducción del usuario al volante.
La NHTSA señala que cualquier tecnología que se convierta en estándar tendría que ser “pasiva”, lo que significa que debe funcionar sin ninguna acción específica por parte del conductor, como soplar en un tubo de alcoholímetro.
“El anuncio de hoy sienta las bases para una normativa sobre conducción bajo los efectos del alcohol que buscará la tecnología más avanzada y eficaz”, declaró el martes en el evento Polly Trottenberg, vicesecretaria del Departamento de Transporte de EE UU. Interpretación: pasará un tiempo hasta que la tecnología para detectar el estado de ebriedad se convierta en una regla obligatoria. No esperes que tu próximo auto venga ya con esta función incorporada.
En la Ley Bipartidista de Infraestructuras de 2021, el Congreso de Estados Unidos ordenó a la NHTSA que elaborara una normativa que exigiera “tecnología avanzada de prevención para la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas” en los vehículos. Pero el proceso de creación de nuevas disposiciones sobre automóviles lleva meses e incluso años, ya que los organismos reguladores recopilan información de la industria, los investigadores y la población.
En un documento que acompañaba al anuncio del martes, los reguladores expusieron varias cuestiones abiertas en torno a la tecnología contra la conducción bajo los efectos del alcohol que dejaban claro que los planes de la NHTSA se encuentran en una fase inicial: ¿Cuál es la mejor forma de determinar si alguien está ebrio, somnoliento o distraído, y si el automóvil debe tratar esas alteraciones de forma diferente? ¿Qué debe hacer un vehículo si identifica que su conductor va en estado de ebriedad? Y, lo que es más importante, ¿hay alguna forma de garantizar que los sistemas no bloqueen nunca a las personas que no hayan bebido?
Incluso si se encuentran respuestas razonables a esas interrogantes, la tecnología también tendría que sobrevivir al tribunal de la opinión pública. “La población lo rechazará si los falsos positivos son demasiado elevados”, destaca James C. Fell, investigador principal en la materia en el Centro Nacional de Investigación de la Opinión de la Universidad de Chicago, una organización independiente. “No quieres impedir que conduzcan personas que no van bajo los efectos del alcohol”.
Los organismos reguladores parecían reconocer que esta tecnología resultaría poco popular. “La creencia errónea de que existe el derecho a conducir en estado de ebriedad ha dado lugar a que algunas personas consideren que esta normativa pretende un curso de acción que infringiría indebidamente sus derechos”, escribió la agencia.
Hace décadas que se investiga este tipo de tecnología y destacan cuatro alternativas principales. Los sensores integrados en volantes o tableros detectan los niveles de alcohol y dióxido de carbono en el aliento del conductor. Los sensores táctiles en un volante u otra superficie emplean luces infrarrojas para determinar el contenido de alcohol en la sangre a través de los capilares situados justo debajo de la superficie de la piel.
Y los sistemas de monitoreo del conductor, que ya son habituales en los automóviles nuevos con tecnologías avanzadas de asistencia a la conducción, emplearían el seguimiento de los ojos o la cabeza para determinar si es probable que una persona esté ebria. Del mismo modo, muchos vehículos ya reconocen las desviaciones de carril y la conducción errática, lo que proporcionaría indicadores adicionales de una posible embriaguez.
Evitar más muertes por accidentes bajo los efectos del alcohol
Los reguladores federales manifestaron que, aunque creían que la dirección del Congreso de EE UU en la Ley de Infraestructuras pretendía que la NHTSA exigiera también tecnología contra la conducción bajo los efectos de las drogas, el proceso actual se centrará únicamente en el alcohol.
Incorporar la tecnología antiembriedad a los vehículos supondrá un gasto para los fabricantes e incrementará el precio de los modelos. Además, los conductores culparían a sus autos si la tecnología funcionara mal, lo que llevaría a una población frustrada a tornarse totalmente en contra de ella. La Alianza para la Innovación Automovilística, organización comercial que representa a la mayoría de los productores de automóviles del mundo, asegura que está revisando las propuestas iniciales de la NHTSA. “Cada día, los fabricantes trabajan para hacer que los vehículos sean más seguros e inteligentes y para ayudar a resolver tragedias evitables causadas por comportamientos como la conducción bajo los efectos del alcohol”, declaró Brian Weiss, vocero del grupo, en un comunicado.
Sea cual sea el método que elija el gobierno, o una combinación de ellos, la tecnología contra la conducción bajo los efectos del alcohol que funcione debería reducir el número de accidentes de tránsito, subraya Fell. Los programas que intentan cambiar las actitudes y los comportamientos de los conductores, como las campañas o los cursos de educación, no siempre son muy eficaces, afirma. “Si puedes recurrir a la tecnología, eso contribuirá en gran medida a prevenir que la gente conduzca en estado de ebriedad, sobre todo si esos sistemas son tan buenos como yo creo”.